Sí, ya sé que me ausenté bastante tiempo... Perdonen! Estuve pasando por una etapa complicada, de la cual tal vez un día les pueda contar. Pero por ahora vamos a charlar de cosas más divertidas, cosas insólitas de esas que tanto nos gustan. Como por ejemplo lo que le pasó a Eugenia, Marianela y Camelia en estas últimas semanas:
Nuestra querida Eugenia, un cálido día de verano se encontraba cuidando la casa de un amigo que estaba de vacaciones hasta que llegado el momento de volver a su casa se encontró con que dentro del remis que había llamado la esperaba una sorpresita: Alejandro, el remisero del amor...
Es muy loco pegar onda con el chofer, a mí al menos no me pasado nunca. Mucha charla y risas terminó en un intercambio de números de teléfono y así fue que estos dos tórtolos se volvieron a encontrar. El tema con este muchacho es que es un poco reservado y como se han visto en pocas ocasiones Euge todavía no tuvo oportunidad de preguntar mucho. Todo tipo de teorías se han tejido alrededor de él, que si será casado porque tiene un hijo chiquito, aunque dijo que era separado y tiene otros hijos más grandes, que si vive solo o con la mamá o la tía... En fin. Ojalá algún día, amiga, puedas tener una charla de frente con él y que te explique mejor el panorama. Por ahora, disfrutá de esos encuentros furtivos y apasionados, que como dice el dicho mientras llega el hombre correcto hay que divertirse con los incorrectos, jaja. Y quién te dice, tal vez éste termine siendo bastante correcto.
Lo de Marianela se remonta a varios meses atrás, aunque ella no sabía que estaba siendo observada tan de cerca... Chan chan chan. No, no se asusten, me refiero a que un buen día así de impreviso Rubén se animó, y después de varios viajes compartidos le confesó a Marianela que cada vez que llamaban desde la calle Tacuarí él sabía que se trataba de ella, entonces raudamente trataba de tomar el viaje para verla. Ella también le había prestado atención a él, que le resultaba interesante y atractivo, pero no sabía que este muchacho la tenía tan en cuenta. Un día, por ejemplo, le dijo que lo que más le gustaba de ella era que siempre iba bien arreglada. Ojo al piojo! No nos olvidemos que cuando menos lo esperamos alguien nos puede estar fichando, así que siempre listas, chicas! Y ya cuando nuestra amiga le dio su número comenzaron a intercambiar mensajes muy tiernos, del tipo "te bajaste del coche pero quedó tu perfume..." y otros un poco más hot que acá no vamos a divulgar... Jajaja. Fuego y pasión, sobre ruedas... A ver si averiguo el número de la remisería donde trabajan estos dos así lo publicamos para todas! Jaja
Quién hubiera dicho que frente a ese asiento delantero se escondían un par de cuerpos atléticos, fogosos y románticos... Mmmm, interesante.
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Otra historia sobre ruedas tuvo como protagonista a Camelia, que una noche volviendo a casa de una fiesta notó que un auto la seguía y al alcanzarla en un semáforo el chico que manejaba le hizo señas para que bajara el vidrio. Había quedado impactado por su belleza y a toda costa la quería conocer. Al principio ella pensó lo mismo que todas: "este es un psicópata..." Pero su ternura y simpatía pudieron más y se llevó como trofeo el número de nuestra amiga. Un par de citas más tarde demostró que era un tipo normal y se fue ganando su confianza. Además después resultó que era alguien que yo conocía desde chiquito, así que sabemos que hasta ahora no tiene antecedentes oscuros. Me encantaría que siga adelante esta historia porque es una manera genial de contarle a los nietos cómo se conocieron, jeje. Hace mucho que no escuchaba algo así de romántico, de película, qué quieren que les diga....
Bueno, lo que nos tiene que quedar de enseñanza de todo esto es que el amor, o lo que sea que se le parezca, nos puede encontrar en cualquier esquina sin previo aviso, así que no desesperéis y estad siempre en actitud abierta, niñas mías. Y sobre todo, dejemonos seducir, que es tan lindo que de vez en cuando alguien te haga sentir una femme fatal con una guiñadita desde el espejo retrovisor...
Hasta la próxima!