martes, 30 de noviembre de 2010

Mucho champagne y pocas nueces

No sé si fue la globalización, la televisión, internet o qué extraña razón, pero las mujeres de nuestra generación no nacimos para vivir adentro de un foco. Repaso mentalmente a todas las maravillosas mujeres que considero mis amigas y no se me ocurre ni una que no tenga sus propios intereses, objetivos, ilusiones, llámenle como quieran. Todo eso que hace a su personalidad, con todas las letras. Es que todas estamos madurando y nos vamos definiendo como verdaderas mujeres, de las completas, de las de hoy, con todos esos condimentos que le van poniendo sabor a la vida. La independencia, el tener tu propio sueldo (y gastártelo todo si querés en zapatos!!!), el avanzar en tu carrera y dedicarte a tus intereses culturales, aunque después no puedas comentar con ningún tipo esa última película belga que viste en el cine… Pero si a vos te gusta, perfecto! No dejes de hacer esas cosas que te entusiasman y que sentís que te hacen crecer intelectualmente. Los hombres pueden ser muy básicos en este sentido, pero no por eso insto a ninguna de ustedes a reducir su universo para igualar el de ellos. NO!!! El que no sepa comprendernos se la pierde, y si no lo comparte siempre encontrarás alguna aliada que te acompañe a esas salidas alternativas. Tampoco hace falta compartirlo todo, es más, es sano que conserves esos gustitos propios que te hacen única y especial.

Hace tiempo salí con Javier, un chico con el que la verdad no tenía nada, pero nada en común. Era divertido, sí, y accedí a salir con él más de una vez porque me hacía reír. Y sobre todo porque me tenía en un pedestal, jaja (y sí, a quién no le hace falta que le suban el ego de vez en cuando). Es que él estaba asombrado de la cantidad de cosas que yo era capaz de hacer y de todo lo que sabía sobre el mundo en general. Recuerdo que un día jugando me empezó a hacer preguntas sobre distintos temas, como abogacía, contabilidad, etc., y a todas las pude responder, eso que lo mío son las ciencias naturales. Bueno, convengamos que me hizo preguntas bastante básicas, y claro, él había pasado como por tres carreras distintas y en ese momento no estaba ni trabajando ni haciendo nada en concreto. Entonces cómo no me iba a considerar una super-mujer! El tema es que terminé por aburrirme y como él me seguía llamando para invitarme a salir un día tuve que poner el freno y decirle que todo bien pero que no quería más. El tipo no tuvo respuesta más rápida que un “ah, sí, yo te iba a decir lo mismo…”. Y bueno, qué iba a hacer yo al lado de un tipo sin perspectivas de futuro y con una personalidad más chata que pecho de bailarina! Con lo que amo yo el cine, el teatro, la música... Ni siquiera me podía imaginar tocándole un pelo!

Otro que me sorprendió fue Martín, un chico que conocí una de las tantas noches bizarras compartidas con mi amiga Laura. De esas historias hay varias para contar, pero ese día en concreto terminamos en un karaoke de una ciudad cercana, a una hora de casa aproximadamente. Martín manejaba un BMW que nosotras saludamos por la calle, simplemente jugando y desatadas por estar en un lugar donde nadie nos conocía. Bueno, hasta ese día, que dejamos nuestra marca en el bar cantando temas como “Desesperada” o “Me haces tanto bien”, con acento gallego y todo. Terminamos yendo al karaoke en el BMW con Martín y sus amigos y tomamos toda la noche champagne, que fue la rápida y astuta respuesta de Laura al “¿que quieren tomar, chicas?”. Jajaja! Me acuerdo y me río sola… Se ve que el desenfado le quedó gustando a Martín, que días después me llamó diciendo que estaba en mi ciudad y me invitaba a cenar. Entonces le pregunté a Laura cuál era el restaurante más caro que conocía, jaja... Bueno, no fuimos tampoco al más caro pero sí a uno muy lindo. Como el BMW estaba en el taller tuvo que venir en el Mercedes de papi. Y sí… Al principio yo estaba deslumbrada, pero terminó siendo la salida más aburrida que tuve jamás! Imaginense que el sumum de la conversación, después de que yo le hablara de mi viaje por Europa y cuanta cosa se me ocurrió para llenar el tiempo, fue cuando él me dijo “A mí me encanta leer”. “Ah, sí?” respondí yo. “Y qué leés?”. “El diario…” . Sí, creanlo. Eso fue lo más interesante que dijo en toda la noche. Y yo que pensé que me iba a hablar de filosofía o poesía… Decepción total. Mucho autito, mucha plata, pero cero cultura. Ni música escuchaba! Y saben qué fue lo más sorprendente de todo? Que me siguió llamando para invitarme a salir! Yo no lo podía creer… A ver, flaco, si no tenemos ni de qué hablar! Por favor, yo no me imaginaba otra salida como esa ni loca. Con lo que me cuesta a mí hablar… Las que me conocen sabrán el esfuerzo sobrehumano que implicó para mí llevar la conversación de esa noche interminable. Y después de lo del diario no veía la hora de llegar a mi casa…

Lo extraño de estos dos casos que les cuento es que a estos chicos sí pareció impresionarlos y hasta entusiasmarlos el hecho de encontrarse frente a una mujer, por decirlo de alguna manera, autosuficiente. A diferencia de otros casos, que se dan en relaciones un poco más prolongadas, donde los hombres se sienten cohibidos y hasta amenazados frente a una mujer que demuestra control sobre su vida y que no refleja la necesidad de ser protegida en ningún aspecto. Pero este será tema para la próxima, paciencia! Por hoy me quedo con este misterio de los hombres que piensan que sin personalidad y sin intereses que se acerquen al menos un poquito a los tuyos van a poder conquistarte, o lo que es más difícil, hacerte feliz! No sé ustedes, pero yo necesito que tengan algunos detalles que los hagan interesantes. Hay una particular coincidencia entre los novios y la mayoría de los salientes que tuve (excepto estos dos, claro está) y es que todos tocaban la guitarra. Y no me extraña, porque a eso me refiero, a que tengan al menos algún talento, algo que me pueda impresionar. Como lo del pavo real que hablábamos hace un tiempo… Si no tenés plumitas, mejor volá. Esto por supuesto es sólo mi apreciación, yo soy así, como me gusta conocer y aprender muchas cosas necesito alguien que me siga el ritmo. Y que no ande en cualquiera como el último que conocí… Una pena, porque era un tipo muy completo, muy interesante. Sólo que nunca maduró, y se quedó en la adolescencia. Yo ya no estoy para perder el tiempo. Así que a ver… Dónde hay un madurito que toque la guitarra? Jajajajaja… Esa es otra historia.

Si tenés en tu haber anécdotas de tipos como estos no dudes en compartirlas, que acá estamos todas para reírnos juntas.
Martín y Javier, dos sapitos menos. Tachados de la lista, jaja. Menos mal que a ninguno lo tuve que besar para darme cuenta de que no eran príncipes…

sábado, 27 de noviembre de 2010

"Chicas Cosmo"





El otro día compré una de esas revistas para mujeres, con fotos de famosas sonrientes en la tapa rodeadas por miles de pequeños títulos del tipo "Cómo estar hot siempre" o "Los 50 mejores tips para complacer a tu hombre en la cama", etc, etc, y que tienen como nota principal la entrevista a la botinera del momento, ejemplo de mujer...¿exitosa? No es la primera vez, confieso, ni la última, que compro una de éstas, de hecho de vez en cuando me resultan divertidas. No voy a negar que de verdad encontré algunos tips interesantes que me fueron muy útiles en algún momento, y pienso que dentro de las muchas boludeces (y cientos de publicidades) que rellenan sus páginas hay un par de verdades que se adaptan bastante a la vida real. Lo que sí me quedé analizando es esta retorcida visión de la mujer moderna que nos está tratando de imponer la sociedad actual, sobre todo la argentina. Leyendo un ejemplar de estas revistas cualquiera podría interpretar que la mujer actual, si quiere pertenecer al mundo civilizado, debe no sólo estar en su peso ideal y vencer esos rollitos rebeldes con 5 fáciles ejercicios, sino también tener prácticamente un doctorado en Kama Sutra, vestir lo último en moda, cueste lo que cueste, aprobar los tests que le indican si está con el hombre correcto y evitar ser superada en su ámbito laboral por un compañero varón, al mismo tiempo que cuida sus espaldas para ver que su mejor amiga no se esté zarpando con su novio o que él no se haga adicto a la auto-satisfacción, por citar algunos ejemplos... Ufff! Qué laburo, ahora entiendo porque los hombres dicen que somos complicadas.
Bueno, yo diría que somos "complejas". Que algunas de estas necesidades las tenemos es cierto, pero que nos inventamos solitas otras cuantas, también. Está bueno actualizarse, pero me pregunto hasta qué punto no será esclavizante para las consumidoras habituales de estos productos, que  terminan limitando tu espontaneidad e individualidad en pos de la creación de un subgénero de "mujeres perfectas". O la distorsionada versión de ellas. Yo creo que la mujer perfecta es la que cada una elige ser, con su peso, su cara y su carácter, que por algo lo tiene. No pienso que ninguna de nosotras intente ser algo que no le gusta. Que hay cosas en las que desearíamos ser diferentes, seguro. Pero hay una razón para ser lo que somos, hoy, con nuestros años vividos y nuestras experiencias, todo aquello que nos ha formado y que agrega detalles a nuestra forma de ser y de ver las cosas. Sabemos lo que queremos, o al menos lo que NO queremos. Cada sapito besado deja su marca para que sepamos observar mejor al siguiente, y salir corriendo frente a aquellos bichos desagradables que ya de entrada muestran la hilacha.
 Yo hoy no beso a cualquier batracio. Un tipo me tiene que atraer no por su facha, o por su billetera, sino por su personalidad. Y cuando digo personalidad me refiero a su capacidad de observación y apreciación de ciertos detalles. O sea, tengo claro que el que se fija en mí es porque puede ver un poquito más allá y darse cuenta de mi parte interesante. No soy la más atractiva ni la más simpática, y sobre todo soy bastante reservada a la hora de darme a conocer. Es por eso que cuando alguien hace el esfuercito de acercarse y tratar de sacar todo eso que tengo guardado lo valoro y respeto. Y me conquista. El hombre que se mueve por conocerme, ése es el que me seduce. Al que gusta lo que me pongo y todas las cosas que hago fuera del trabajo. No el que espera que según la moda del momento me aparezca vestida con lo que dicen las revistas y con todos los truquitos de diosa del sexo bajo la manga. Es injusto, a ellos ninguna revista les dice qué tienen que hacer, entonces por qué a nosotras sí? Mi consejo: no les hagamos caso! Seamos nosotras mismas, que cuanta menos información más naturales vamos a ser. Estoy convencida de que a las mujeres que mejor les va son las que nunca miraron una revista como éstas, las que no sienten imposiciones de ningún tipo. Es más, creo que esto lo escriben justamente para el grupo de mujeres que nos encontramos en esta situación de solteras de 20 a 40 que buscamos soluciones mágicas, consejos y contención para el momento que atravesamos y esperamos encontrar ahí algunas respuestas. A ver, algo siempre se aprende, no quiero decir que las revistas sean del todo malas. Sólo digo que las tomemos con pinzas y ruego que no se conviertan en la biblia de ninguna de las mujeres inteligentes que leen este blog. Y eso que me estoy refiriendo a las revistas que tienen varias páginas escritas... Ni me hagan hablar de las que son puras fotos de la farándula que ya ni en la tapa dejan algo librado a la imaginación!!! Perdón, pero detesto a Tinelli y toda su payasada. Ellos no sólo intentan sembrar la idea de que la mujer argentina tiene que ser una diosa esculpida a mano sino que es súper-cool ser una loca que se tira encima de cualquier tipo y se regala más fácil que escarapela el 25 de mayo.
Ay, Dios... La verdad no sé cómo vamos a hacer para triunfar las mujeres reales frente a toda esta sucia competencia. Pero a no decaer, vamos que podemos!!! Las convoco a luchar contra la masificación y a ser ustedes mismas, que las amo a cada una por ser quién son. Y sé que valen más que cualquier botinera...





Les dejo un videito que conocí hace poco gracias a Marianella (besote pa' ti!) y espero que les deje el ánimo bien arriba al menos por toda la semanita. Se me cuidan, eh? 



martes, 16 de noviembre de 2010

Para vestir sapos...



Después de varios días de mucho trabajo y poca inspiración, vuelvo renovada con más anécdotas para compartir con mis fieles seguidoras en este blog semi-terapéutico, jaja. Para mí esto es como el "pensadero" de Harry Potter. Para las que no conocen es como sacarse pensamientos de la cabeza con una varita mágica y ponerlos en un platito para poder verlos mejor. (Qué bueno sería, no?)

 Les cuento que hace un par de días puse en práctica mis propios consejos y fui sola a un festival de música que se hace todos los años y me encanta. Esta vez me enteré sobre la hora e invité a un par de amigas, las únicas disponibles. Una se bajó con anticipación, pero la otra que me dijo que iba a ir al final nunca apareció...ejem (palo para ella, jajaja). Todo bien, pero terminé sentandome solita (ningún Andrés esta vez, lo más cercano a mi butaca era una especie de vejete hippie zaparrastroso - sin ofender, jaja) y descubrí como primera enseñanza que no es lo mismo terminar sola que cuando ya te mentalizás y sabés que vas a ir sola. Entonces charlás con vos misma y te auto-hacés compañía. De la otra manera estás pendiente del celu y de cuidar la butaca al lado tuyo de todos los que pasan preguntando "está ocupada?"... En fin, moraleja aparte, al día siguiente, segunda noche del festival, me aseguré la compañía de Ana, aunque no me molestaba si tenía que ir sola, pero fue mucho mejor así. Pasó que apenas nos sentamos vi justo en la fila de adelante a una pareja de viejos amigos que (según me enteré por facebook) hace poquito se habían casado. Entonces les hice señas para que salieran al pasillo y así poder felicitarlos y charlar un ratito con ellos. Por supuesto yo no estaba invitada a ese casamiento porque hace mucho que perdimos el contacto, tanto con ellos como con el resto del grupo de amigos de aquella época. Estoy hablando de hace como 7 años... Fuimos muy amigos, compartíamos largas noches de charla y salidas. Un lindo grupo para los 20-22 años. Pero después yo sentí que nos habíamos estancado un poco y sumado a un par de cositas, como la sensación de falta de apoyo frente a situaciones duras que tuve que pasar, me llevaron a distanciarme sutilmente. De ese grupo ya había surgido otra pareja, a cuyo casamiento sí asistí, aunque medio de prepo porque ya estábamos distanciados pero aún así me invitaron, unos 3 años atrás. Sé que la tercera del grupete también se casó, pero de esa no me enteré hasta que ya estaba embarazada, y eso que era mi amiga más íntima en aquella época. Para qué les doy tantos detalles? Bueno, ya llego al punto. Charlando con estos amigos en el pasillo del teatro recordamos esos viejos tiempos y yo pensaba: qué loco, pensar que éramos amiguitos y después todos se terminan casando, formando entre sí parejas que jamás te hubieras imaginado... Y el único al que yo le había hechado el ojo se hizo cura! Bueno, y a este recién casado también, TODAS le teníamos ganas porque era una dulzura... Aplausos para la chica que se lo quedó!!!
Entonces recordé algo, que ya había recordado en el otro casamiento, ¡y no es por agrandarme! pero estas parejas me deben bastante, porque en definitiva se terminaron conociendo gracias a mí. Les cuento, en mi grupito éramos prácticamente todas chicas (y un gay, aún no declarado) y gracias a un cura amigo una vez nos fuimos de retiro con un grupo de chicos del liceo militar, todos varones, obvio.  La inyección de testosterona que nos faltaba. Después de ese retiro no quedó ningún vínculo, hasta que un día, años después se me ocurrió que los contactáramos de nuevo para armar un campamento. Justo en esos días me encontré con el bombón, el que después iba a terminar siendo cura, y le tiré la idea de hacer algo juntos. Los dos grupos, quiero decir =). Se prendieron y así surgió la amistad, con una tanda prácticamente nueva de liceistas, ávidos de estrógenos, y todo a raíz de aquel afortunado encuentro. Pareja va, pareja viene, terminó la cosa como les contaba más arriba. El futuro cura me invitó a salir una vez y la pasé bien, pero tenía demasiadas expectativas y al final no fue la gran cosa. Después seguimos amigos, y bueno, ya les dije dónde terminó... O sea, soy una ídola a la hora de hacer que las personas se encuentren y se enamoren. Pero en cuanto a mi propio destino... De terror! Y bueno, ya vendrán tiempos mejores.
Por un lado me quedé pensando: Habría sido mejor quedarme en ese grupete? Yo sentí que nos estancamos, pero en cierto sentido ellos han avanzado bastante y ahora parezco yo la estancada ... Pero quedarme no hubiera llevado también a que ahora estuviera deprimida viendo como todas mis amigas se casaron y yo sigo buscando sapos? Tal vez el quedarme no iba a hacer que yo por contagio también consiguiera novio... Difícil. Aún pienso que hice bien, hice lo que sentí y lo que en su momento me pareció mejor. Mis amigas actuales están en la misma que yo, ninguna se casa, y en cierto modo creo que eso nos une más, el compartir nuestras expectativas, ilusiones, idas y vueltas propias de esta etapa. Cuando me dijeron "Che, juntemonos de nuevo! Una pena que nos dejáramos de ver!", yo sonreí y asentí por fuera, pero por dentro decía "sí, claro, cuando me tengan un candidato salimos todos!". Ni en pedo me junto ahora que todos tienen pareja y hasta hijitos. Si antes sentí que ya no compartíamos nada, mucho menos ahora. Tal vez si fuera con las chicas solas... Ahí hasta sería divertido, ya me las imagino riéndose de las intimidades de sus maridos y de los chismes jugosos que siempre se enteraba alguna. Lindas épocas, hasta me da un poquito de nostalgia. Qué fuerte descubrir que estamos creciendo. Que ya dentro de poco cumplo 30 y las cosas no son tan sencillas como las imaginé a los 20. Yo era de las que nunca, pero nunca, pensó que iba a llegar a esta edad soltera y sin prospectos a la vista siquiera. Después mientras los años pasan ves que, al igual que el horizonte, la línea de proyecciones se va moviendo. Tal vez la carrera que elegí era demasiado larga, o tal vez no tenía ningún incentivo ni apuro por terminarla. Tal vez todavía quiero salir y conocer el mundo! Tal vez no nací para ser la Susanita que crecí elaborando en mi mente. Tal vez se me pasen los años buenos y no llegue a tener hijos... Y bueno, tendré sobrinos! Y no me aterra la idea de que la vida termine siendo completamente distinta a lo que imagino porque al final siempre me sorprende! Es más, creo que termina siendo mejor de lo que pueda llegar a imaginar. 

domingo, 7 de noviembre de 2010

Sola en la ciudad

Alguien que conocí hace poquito me recomendó que viera una película mexicana, "Cansada de besar sapos". Hoy la vi y me pareció genial, así que ahora yo se las recomiendo. Muy divertida, con la ídola de Ana Serradilla.
Me sentí muy identificada en este momento de mi vida y me hizo pensar... Cosas como por ejemplo, ¿dónde puede una mujer joven conocer hombres hoy en día? En la película Marta, la protagonista, descubre después de 2 años de relación que su novio la engañaba. Sabía por su pasado que él tenía fama de mujeriego, pero igual decidió, como toda mujer enamorada, confiar en él, y estaba segura de que había cambiado y se había convertido en un hombre fiel. Ése fue su primer error... Esos tipos nunca cambian! Entonces al encontrarse sola y despechada termina por meterse en una página de citas por internet y empieza a volverse lo que ella denomina "hombreriega". Sale con varios y bueno... el resto lo tienen que ver en la película.
Con respecto a las citas por internet, no voy a criticar a quienes utilizan ese medio para conocer gente, pero yo en lo personal rechazo de lleno esa posibilidad por malas experiencias que se han dado en mi entorno y que no quisiera repetir. De ahí en más la que quiera intentarlo, adelante. Todo vale a estas alturas.
Descartada esa vía, no me quedan muchas opciones para conocer gente nueva a estas alturas. Ni siquiera digo el príncipe azul, sino aunque sea un grupo de amigos, gente con quién poder hacer cosas, lo que sea. Ya tengo un par de actividades en mi vida cotidiana fuera del trabajo (donde somos todas mujeres), y sí, conozco gente copada, pero que a la hora de armar algún plan en general ya tienen otros compromisos, como sus parejas o familias. Fuera de unas pocas amigas solteras, todo el mundo ya está "instalado" podríamos decir. Ahí es cuando me dan ganas de conocer más gente. Gente disponible, obvio, que estén en la misma que yo. La psicóloga me aconsejó hace un tiempo buscar nuevas actividades, pero ya las tengo y como les dije, no hay resultados. Y ya más cosas no puedo hacer, no hay tiempo ni cuerpo que aguante. Ojalá fuera tan fácil como en las películas que un tipo ve a la chica por la calle o en un café y ya la está invitando a salir. Cómo nos mienten! Eso nunca pasa en la realidad. A mí lo más loco que me pasó fue hace pocos meses, un día que fui sola a escuchar una banda de jazz que no me quería perder por nada. Aunque no tuviera quién me acompañara no dejé que eso me detuviera. El lugar estaba lleno y solo al lado mío había una butaca vacía. Obvio... Nadie más iba solo. Nadie hasta que apareció Andrés. Bombón, alto, barbita a medio crecer y camisa leñadora, con ese look despreocupado que derrocha masculinidad. El concierto estaba por empezar y él se sentó a mi lado. No podía creerlo cuando me empezó a hablar! En general en esta ciudad la gente es muy reservada y es raro que alguien que no te conoce te dirija la palabra. Yo ya empecé a pensar que era mi imaginación, pero no, realmente me estaba preguntando con mucho interés sobre la banda y como yo los había escuchado y conozco de jazz alcancé a comentarle rápidamente todo lo que sabía. Justo ahí empezaron a tocar y ya no pudimos hablar más hasta que todo hubo terminado. En ese momento yo giré mi cabeza hacia él como buscando su opinión respecto del show y él no tardó ni un segundo en empezar a hablar. Yo estaba en las nubes, no podía creer que se estaba dando todo con tanta naturalidad. Pensé: "esto sí es como en las películas!". Todo el mundo empezó a abandonar la sala y nosotros nos quedamos ahí sentaditos hablando de música y otras yerbas unos eternos 15 minutos. Era como charlar con un amigo de hace años, de repente una confianza y una sensación de comodidad que no se puede explicar. Yo mientras hablábamos lo miraba pensando "mínimo me lo llevo a tomar una cerveza". Era viernes a la noche y no tenía nada que hacer después del recital, y no quería que la conversación terminara! La burbuja se pinchó cuando apareció una conocida que me vino a saludar. Entonces nos dimos cuenta de que ya no quedaba nadie y reaccionamos. Salimos al hall y yo me moría por pedirle su número, con la excusa de avisarle cuando me enterara de que tocaba otra banda parecida o algo así... Pero no me animé, y una parte de mí me decía "si le interesás, él tendría que estar pidiendo tu número..." Nada. Salimos y nos despedimos, chau chau y cada uno para su casa. Una pena. Cúantas veces se te da la oportunidad de conocer a alguien así, tan mágicamente, y compartir una charla tan linda??? Anillo no tenía, me fijé. Pero bueno, tal vez tenía novia, conviviente o hasta hijos esperando en casa. No me pareció por el hecho de que estaba ahí solito como yo, pero bueno, nunca se sabe. Tal vez hasta era gay, aunque no lo creo, jaja! En definitiva, no tenía ninguna obligación de pedir mi número ni invitarme a tomar nada, sólo que me pareció que hubiera estado genial, que era una excelente forma de empezar a conocer a alguien interesante. Después nunca más lo vi, me limité a "googlearlo" y así llegué a conocer su profesión, que de tanto hablar de música no le había alcanzado a preguntar, pero nada más.

A partir de entonces empecé a ir sola, si no tenía una amiga a mano, al teatro, a escuchar música o lo que sea. El hecho de ser soltera no me va a impedir que salga a hacer cosas lindas como hace el resto de la gente. Yo misma me basto para hacerme compañía. Y quién sabe, quizás algún día me vuelva a encontrar con otro Andrés...


Les dejo un link para ver el trailer de la peli:

sábado, 6 de noviembre de 2010

El pavo real

Amigas, después de varios días de desaparecida, aquí estoy de vuelta... Las extrañé!
Les cuento que hoy tuve una reunión conmemorativa para egresados en mi universidad, y tenía la esperanza de encontrarme con el desconocido Nº1 del post anterior. Pero no... Pucha, che. Yo quería ver si esta vez siguiendo el consejo que me dieron, de ponerle cara de culo o ni mirarlo, me daba resultado, pero tendré que dejarlo para la próxima vez que el destino nos cruce por ahí.
La que sí tuvo suerte con el tema de las miraditas fue Luciana. Me contó hace unos días que había empezado a salir con un tipo que trabaja a la vuelta de su casa y que ella siempre miraba por la ventana al pasar. Le encantaba, le parecía un bombón. Y resultó que un día lo vio por la calle hablando con una amiga que ambos tienen en común y no sabían. Ella se puso re-nerviosa porque cuando los vio dijo, uy, lo voy a tener que saludar. Y lo saludó. Temblando como una adolescente. Y para qué te explico que Luciana es una diosa y él no tardó nada en quedarse prendado de ella. Además él también la había estado mirando todo este tiempo. Resulta que Luciana tuvo un bebé hace unos meses, con otra pareja que ya desapareció del mapa (tema para otro post...) y este muchacho, Fernando, le dijo: "Yo te he visto pasar desde que tenías una pancita así (con el gesto indicaba chiquita), después así (más grande) y después con el cochecito". Mirá si no la tenía calada, qué maestro. Después averiguó todo lo que quería saber a través de esta amiga en común y le pidió el teléfono de Luciana. Finalmente la invitó a salir y ella aceptó fascinada. Por supuesto las salidas hasta ahora han sido al mediodía o a la siestita porque no puede dejar mucho tiempo al bebé. Y Fernando no tiene ningún problema con eso, al  contrario, lo disfruta porque es algo fuera de lo común. Como Luciana.

Conclusión, no dejemos de mirar que por algún lado anda el sapito encantado. Pero tampoco miremos taaaaanto, que es bastante cierto eso de que si te hacés la interesante lográs encender el motorcito que los hace mover. No hay que darles a entender que tienen todo servido, sino que van a tener que laburar un poquito para ganarnos. Pienso que tal vez eso los estimula, el desafío, el ponerse a prueba. Ahí les sale el instinto animal de querer conquistar a la hembra. Tienen que poner toda la carne al asador para demostrarte que ellos son el especímen más adecuado para la reproducción. Es biología básica, chicas... Hay que dejarlos que hagan su gracia, como el pavo real cuando despliega su plumaje frente a la pavita para impresionarla. Que desplieguen! Ya sean regalos, flores, palabras, atenciones. Sé que algunos no son muy creativos, pero como bien me preguntó una vez la psicóloga, ¿les damos el espacio para que lo hagan? Yo me quejaba de ser siempre  la que organizaba todo, la que tenía todo bajo control, y consideraba que mi pareja era un quedado. Un poco lo era, sí, pero después descubrí esta gran verdad de que él no hacía nada porque yo  planeaba todo por los dos. Inconcientemente no dejaba lugar para su creatividad y su iniciativa de puro impaciente y estructurada que soy. En el momento que me cayó la ficha sobre esto y empecé a hacerme a un lado para darle su lugarcito la cosa cambió totalmente. El efecto no fue prolongado porque yo misma lo saboteé al retomar mi actitud de controladora, jaja. Es que lo tengo muy arraigado, pero eso ya es tema para seguir trabajando en mi terapia. A ustedes les tiro la idea, prueben, y vean si poniendose en actitud de espectadoras en su relación logran que el pavo sacuda más las plumitas y muestre todos sus colores. Después me cuentan cómo les fue.

martes, 2 de noviembre de 2010

La mirada silenciosa

Diganme si no les ha pasado lo mismo que a mí. Hay hombres que pueden dedicar largos ratos a mirarte, y mirarte, y mirarte, toda la noche o todos los días cuando te lo cruzás en el mismo lugar. Pero... nunca, NUNCA, se animan a hablarte! Me pasaba, por ejemplo, con un chico que veía siempre en la facultad. Él cursaba otra carrera, y aunque teníamos amigos en común nunca llegamos a conocernos. Ni siquiera sé su nombre, pero me encantaba. Si lo vuelvo a ver hoy seguro que todavía me encanta. Y es que cada vez que nos cruzábamos él me clavaba la mirada sin el menor pudor, una mirada penetrante y seductora. Pero hasta ahí nomás... Duraba lo que tardábamos en pasar uno junto al otro. Obvio que yo trataba de responder con mi mejor mirada penetrante y seductora, y quiero creer que lo notó. Hasta una vez me lo crucé caminando por el parque y sucedió lo mismo de siempre! Obvio que ni una palabra... Sólo la miradita. Hasta aproveché de verificar con Laura, que iba conmigo ese día. ¿Viste cómo me miró? Laura respondió afirmativamente. A mí ya me daban ganas de encararlo y empezar a hablarle yo. Pero la primer frase que me venía a la mente era: "Che, no me pensás hablar nunca vos???". Así que mejor lo dejé pendiente, al menos hasta encontrar una mejor forma de iniciar la conversación. Y sí, se ve que tengo la reprochona muy a flor de piel.

Me pasaba también cuando tenía unos 22 años, que iba todos los domingos a la misma misa, en el mismo lugar y a la misma hora. Y siempre me encontraba con el mismo bombón. Y me miraba, les juro que me miraba! También corroboré con amigas. Me generaba tanta intriga que esta vez sí, estuve a punto de encararlo a la salida. Ya lo estaba planeando. Iba a ser algo casual, del tipo: "Hola. Si no tenés que ir a ninguna parte podemos ir a tomar algo y charlar un rato? Me encantaría conocerte". Claro, en mi mente me hacía la corajuda, pero nunca tuve oportunidad de hacerlo en la realidad. Ya sea porque a la salida desaparecía muy rápido y encima estaban todos mis amigos ahí y me daba cosa que me vieran, así que tenían que darse muchas condiciones para encontrar el momento perfecto. Y llegó el día en que este muchacho, el anónimo Nº2, que siempre iba solito a misa, se encontró con una amiga y se fueron a sentar juntos. Como en esos documentales de comportamiento animal, yo iba observando todo, domingo tras domingo. El individuo ya no se sentaba más solo sino que continuaba encontrándose con esta amiguita. Y después ya no sólo se encontraban sino que llegaban y se iban juntos. Así hasta el día en que los vi de la mano y me di cuenta de que ya no quedaba nada más por hacer. Otra me lo había robado, y en mi propia misa. Y bue... No era el sapo indicado entonces. Siempre me arrepentí de no haberme animado a hablarle antes, al menos para conocerlo. Se veía interesante, hasta una amiga me dijo que un día lo vió con un guardapolvo. Capaz que era médico! Mamá, te hubiera encantado...
El que no sé si te gustaría mucho es el chico del sector de vegetales del super cerca de casa. Tiene algo, además de la miradita, que me atrae mucho. Bueno, en realidad sí sé qué es. Es que se parece mucho y me recuerda a un amigo (al que siempre le tuve ganas, vale aclarar), así que debe ser una especie de proyección de mi inconciente. De éste sí conozco el nombre: José. Por el distintivo que le hacen usar. Hasta nombre de verdulero tiene... Qué se le va a hacer. Más allá de todo, hay algo muy seductor en él. Éste también tiene su miradita, pero más sutil. Hoy por ejemplo, pasé un rato a deleitarme por su sector. Me mira y agacha la mirada, como un cachorrito tímido. Pero cuando me doy vuelta a elegir unas manzanas puedo sentir sus ojos clavados en mi nuca. Acá ha habido cruce de palabras. Pero no se entusismen, no pasa de: "Hola. Gracias. Chau." Qué más podés hablar en estos casos? Creo que una vez, en un acto de extrema inspiración le pedí que me ayudara a elegir un melón, utilizando la estrategia de la indefensa doncella en apuros. Pero se limitó a testear un par y contestarme "éste" con la mirada gacha. Es tierno, se pone nervioso. Y a mi me da gracia ponerlo nervioso, pero no me da para hablarle más que eso. Ojalá fuera como el otro langa horrendo que trabaja con él y que ya me preguntó hasta mi nombre, el muy desagradable. Contesté para no ser maleducada, pero a ese cuando lo veo trato de esquivarlo. Puaaaaajjjj
Me ha pasado esto de la miradita silenciosa en fiestas, como en el casamiento de una amiga, donde su primo me estuvo mirando toda la noche y yo le respondía la mirada como diciendo "bueno, te vas a acercar a bailar conmigo o vas a seguir mirando nomás?". Y no se acercó, che... Después me dijo mi amiga: "a mi primo le encantaste, quedó fascinado con vos". Y entonces, qué esperaba? Parece que vivía en el sur y por eso no se animó. Aparte vio que éramos un grupo grande de amigos bailando y eso lo intimidó. Encima le dijo que me tenía vista también de la facultad (si hubiera sabido que ahí me miraban tanto me hubiera arreglado más!).

No soy de la idea de que haya que quedarse sentada esperando que las cosas caigan del cielo. De hecho, a los 3 novios serios que tuve hasta ahora los tuve que encarar yo. Cuando tuve algo bueno enfrente mío lo reconocí y lo tomé. Ahora lo que quisiera es que alguien supiera reconocer algo bueno cuando me tenga a mí enfrente. Y este deseo lo hago extensivo a todas mis congéneres. Que al vernos reconozcan lo bueno en cada una y no se queden sólo mirando, que actúen. Es sabido que los hombres tienen grandes problemas de comunicación, pero estamos cansadas de los tibios, que se quedan en la orilla sin tirarse nunca a la pileta. Vamos sapitos, salten! Anímense, que no mordemos (bueno, según la ocasión). No somos simples objetos de admiración. Despierten y acerquense a hablarle a la mujer que tanto miran de lejos. Y nosotras, bueno, pilas... Tampoco los espantemos cuando se acerquen, que nunca falta la que les deja una patita lastimada y después a la que sigue le toca hacer de bastoncito.