jueves, 30 de diciembre de 2010

Mucha mujer II

 
La que sí llegó a concretar la convivencia con su pareja fue Eugenia, después de otros casi 10 añitos junto a Marcelo... También una relación que tuvo su etapa a la distancia cuando él se fue a vivir bien al norte del continente… Pero no nos adelantemos. La historia comienza cuando Eugenia, recién peleadita con su novio anterior, descubre que está embarazada (de él). Para entonces ya tenía onda con Marcelo, y cuando supo la noticia le explicó todo y él la apoyó 100%. Convengamos que no es para nada fácil que un hombre elija quedarse al lado de una mujer que lleva en su vientre al hijo de otro, así que hasta acá venía haciendo buena letra el muchacho.

Corría diciembre del año 2001, Marcelo termina su carrera, al día siguiente cae el gobierno de De La Rua, y apenas al otro día nace Julián, el bebé de Eugenia. En medio de toda la crisis Marcelo entra en pánico y decide que como en la Argentina va a ser prácticamente imposible conseguir trabajo, la mejor opción es huir a los Estados Unidos, donde además estaba viviendo su padre. Con esta excusa se escabulle dejando a su novia y al recién nacido en el país, pero con la idea de que una vez que se estableciera ellos pudieran mudarse con él. Hicieron todos los trámites, la visa, los pasaportes (el del pequeñito tenía foto y todo), pero algo sucedió en las etapas finales de la visa. Misteriosamente se perdieron algunos papeles y en definitiva nunca se pudo concretar… Años después Marcelo confesaría que en parte huyó de la situación, como que de repente se le vino todo encima y fue mucho para digerir. 
Cuatro años continuaron con esta relación a distancia hasta que finalmente Marce regresó. El noviazgo progresó viento en popa y un año y medio después se planteó la tan ansiada convivencia. Buscaron casita, armaron los bolsos y se mudaron. Los tres, no nos olvidemos de Juliancito. El problemita es que desde su regreso Marcelo no había conseguido trabajo, así que tenían que vivir todos con el sueldo de Eugenia, un modesto sueldo de docente, aclaremos. La situación se mantuvo durante más o menos un año, hasta que Eugenia comprendió que, como dice la canción “no se puede vivir del amor”, también hay que comer y pagar las cuentas, y así la cosa no daba para más. Terminó dándole el raje a Marcelito, y meses después el señor consigue finalmente laburo. Todo orgulloso invita a Eugenia a la cena de fin de año de la empresa y las cosas parecen encaminarse de nuevo. Entonces fue que decidieron retomar la convivencia. Pero no se entusiasmen! El trabajo no le duró mucho tiempo, así que la señora oooootra vez a mantener todo. Encima él se quejaba de tener que quedarse a veces con Julián en casa mientras su mamá trabajaba! Si buscan la definición de “parásito” en el diccionario seguro aparece la foto de Marcelo… 
Así fue como Eugenia tomó coraje y logró decir "basta". Al menos por el momento… Pasaron otro año medio juntos, medio separados, viviendo cada uno en casa de su familia otra vez (cabe destacar que ambas familias tienen serios problemas de aceptación para con la pareja del otro, lo cual no facilita para nada las cosas…). Un día a Marcelo lo invitaron a acompañar a un importante coro que se iba de gira por Europa, ya que tiene una voz muy solicitada en el ambiente. Y aceptó, pero hasta el día de hoy sigue siendo un misterio cómo fue que hizo para bancarse semejante viaje (probablemente se lo financiaron, ya que de verdad tiene muy buena voz y era importante su aporte en esta gira). El tema es que da un poquito de bronca el ver que no le pone energías a los temas que tienen que ver con la pareja, pero sí a otras distracciones u ocupaciones, como ésta y como la banda que formó junto a dos amigos al regreso de ese viaje. No les explico cómo le dolió esto en el alma a Eugenia, que también canta y siempre había querido armar un grupo con su chico, que además toca la guitarra. En el trío que formó hay otro guitarrista y una cantante, que encima es bastante sexy, y dan ganas de ir a bajarla del escenario de las mechas por lo linda y lo bien que canta, jajaja. Marce se pasa las horas frente a la compu componiendo y armando efectos para las canciones que tocan. Yo los he visto y tengo que reconocer que es una muy buena banda, pero sé que cuando Euge los vio por primera vez, hace poquito, no pudo contener esos sentimientos mezcla de celos, orgullo, alegría y nostalgia por lo que no pudo ser… A todo esto sumémosle que aunque él mismo la había invitado a escuchar la banda al otro día le hizo todo un planteo de que por qué le invade sus espacios y viene a arruinarle una noche que era especial… WHAT? Alguien acá está muy loco… o soy yo? Estas reacciones no son nuevas en él, porque ya le he conocido otros planteos de este tipo, además de que me consta que muchas veces no apoyó a Eugenia, que es una mujer super-emprendedora, en los planes que quería encarar. Gracias a Dios nunca dejó que la detuviera y siguió adelante, llegando tan lejos como ni yo me hubiera imaginado. Grande, amiga!!! Me parece muy importante que más allá de todas estas idas y venidas no te hayas venido abajo, y siempre tengas una sonrisa y un chiste para alegrarnos el día a todos los que te rodeamos, y sobre todo ser una excelente madre, luchadora, cariñosa y ejemplar.
Si me pedís un consejo, yo antes pensaba que cuando uno ama tiene que luchar contra viento y marea para superar los obstáculos. Pero cuando las dificultades te ocupan más tiempo del que terminás disfrutando, algo definitivamente no está bien. 
 El amor no tiene por qué ser una lucha constante, debe ser algo natural, que fluya con su propia energía. Las mujeres valiosas no nos debemos a nadie que no sepa apreciar lo que tiene enfrente, y mucho menos a alguien que esté constantemente frenando nuestro crecimiento. Sé que es difícil y que la calle parece que está cada vez más dura al momento de salir a conocer a un tipo como la gente, pero les digo a todas: no se conformen, no se estanquen en relaciones estilo montañas rusas que no se sabe si van o vienen, y primero que nada… ÁMENSE! Ámense a ustedes ante todo para no sucumbir ante un sapo mediocre que no puede ofrecer ni la mitad de las cosas que una necesita en la vida.  
El verdadero príncipe está por ahí, en alguna parte! Paciencia, mis amigas. Y fortaleza, que aunque las decisiones a veces cuesten, la liberación es proporcional al dolor que atravesamos al momento de hacerlas. Digo, en mi humilde opinión…

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Mucha mujer


Una realidad que vivimos las mujeres hoy en día es la de haber roto convencionalismos y haber traspasado barreras que nos han llevado a igualarnos con el otro sexo en muchos aspectos de la vida, realidad casi impensada no muchas décadas atrás. Esto ha traído como consecuencia una dificultad en las relaciones de pareja, ya que el hombre tiene grabado en su instinto el papel de ser el que protege y provee, tanto para su compañera como para su descendencia. Ahí entra en conflicto el macho que se encuentra con una mujer que se las ha rebuscado por sí sola para alimentarse, cuidarse y conseguir su propio techo. Terrible daño para la moral de ellos! Hasta parece un pecado que una no se haya quedado en casa de sus papis esperando que el príncipe la rescatara. Y bueno… Es que si vamos a esperar a que llegue ese príncipe se nos pasan los mejores años de la vida sin aprender a disfrutar de un montón de cosas!
 
La cuestión es que al parecer mientras más autosuficientes nos volvemos las mujeres, más difícil se nos hace conseguir pareja. Una pensaría que estas cosas que te hacen sentir adulta, como pagar tus cuentas y ocuparte de un montón de cosas de ama de casa, te harían más deseables para el sexo masculino, pero no! Parece que más bien los espanta. Pone en la cuerda floja su masculinidad, no encuentran lugar para ese papel innato en su naturaleza. En las propias palabras de un hombre: "las mujeres inteligentes y que saben lo que quieren... asustan. " 


Esta es la historia de Lola y Miguel:
Después  de 9 años de noviazgo la cotidianeidad empezó a hacer estragos y a provocar que esta linda pareja, de la que fui testigo desde sus comienzos, se deshiciera entre discusiones constantes y falta de tolerancia mutua. Luego de un break de 8 meses (con sus idas y vueltas, y sin dejar de verse nunca) decidieron darle una nueva oportunidad a su amor, pero esta vez, y sobre todo por insistencia de Lola, comenzando en una nueva etapa: la de la convivencia. Y sí, te imaginás que después de tanto tiempo nadie quiere volver a hacer el papel de noviecita de secundaria. Ya estamos para otra cosa. Miguel estuvo de acuerdo, sí, sí, peroooo... fueron transcurriendo los días y el señor estratégicamente fue emitiendo señales de inminente retroceso. Al punto que tuvo la maravillosa idea de proponerle a Lola que para no apresurar (apresurar!!! a esta altura...) las cosas, sería bueno que él primero se fuera a vivir solo. De más está aclarar que Lola lo sacó carpiendo. Aquí nos detenemos para analizar esta típica reacción masculina de miedo al compromiso. Según leí, tenemos temor a los compromisos porque comprometernos nos hace responsables de algo ante alguien. Y uno cree, equivocadamente, que ser responsable (comprometerse) es perder libertad. También piensan algunos que lo más aterrador del matrimonio (o compromiso) es la obligatoriedad. Uno está obligado a que la relación funcione, a dormir en una misma cama, a ser fiel, a no alejarse por un tiempo, a dar explicaciones, a ceder parte de tus propios activos, entre otras cosas. Estos fundamentos pueden aterrar a cualquiera, de hecho hasta a mí me hacen poner los pelitos de punta. Pero luego recuerdo que a la mayoría de las mujeres nos gusta todo esto, por eso lo esperamos en el otro sin pensar a veces lo dificil que puede ser para él. Nosotras queremos dormir todos los días con el osito al lado, queremos que nos pregunten a dónde fuimos y con quién, porque eso nos hace sentir protegidas. No llegando al extremo del celoso enfermo, pero un poquito en general nos gusta que nos celen. Bueno, a ellos por supuesto que no. Sienten que de todo van a tener que dar explicaciones, entonces toman este argumento como rápido chivo expiatorio para huir de una relación de convivencia (ya ni hablemos de matrimonio). Tal vez sería importante dejar en claro previamente que no nos vamos a convertir en guardacárceles insoportables que van a hacer a su novio marcar tarjeta cada vez que entra y sale de la casa. Eso va en parte en la confianza que hemos ido generando durante la relación. 
De todos modos, volviendo a la historia de Lola y Miguel, hay otros casos en los que el miedo no viene por el lado de sentirse limitados en tiempo y espacio, sino en otros aspectos. Lola, por ejemplo, empezó a hacer un doctorado como investigadora y a crecer profesionalmente de una manera que evidentemente hizo a Miguel verse un poquito amenazado, ya que ambos tienen la misma profesión. Más tarde, por supuesto, él también comenzó su doctorado, pero el hecho de ver que ella podía crecer tanto probablemente lastimó su ego y se le complicó la idea de verse en pareja con una mujer tan inteligente y capaz, acostumbrado a ser él el orgullo de la familia, abanderado y todo. Finalmente se mudó como él quería, pero ella me ha contado que cada vez que se lo cruza lo ve como a un niño, indefenso, como que nunca creció. Y hasta le da lástima, y se siente mucha mujer como para haberse quedado al lado de alguien que por culpa de sus miedos no maduraba ni la dejaba madurar. Bien Lola por seguir adelante!

Un cuento similar es el de Paula y David. Poco más de 4 años de noviazgo (si no me equivoco) y planes de convivencia en puerta, pero con la más que conveniente (para él) aparición de obstáculos a la hora de poder ocupar el departamento que tenían en vista. La necesidad de arreglos que fueron surgiendo y otras yerbas le dieron a David la excusa perfecta para proponer que pospusieran la mudanza juntos. Cuál era su miedo? Si hasta entonces no había dado ningún indicio de duda en dar ese paso al frente... Al parecer, también fue su crecimiento profesional. Ahora que me doy cuenta, en ambos casos los dos compartían su profesión (tal vez ahí está el punto para que aprendamos chicas, jaja). El tema es que David deseaba con ansias realizar una experiencia en el extranjero, por eso aplicó para una beca y finalmente la ganó. Acá Paulita no puede decir nada porque ella hizo lo mismo unos añitos atrás... Y él la esperó como todo un duque. Por eso mismo ella comprende la importancia de estas experiencias personales. Pero igual, era otro momento y el hecho de que él partiera justo ahora impedía que comenzaran su vida juntos porque difícilmente ella se iba a quedar viviendo solita y afrontando todos los gastos del nuevo hogar durante los meses que él se ausentara. Entonces, con algo de tristeza y mucha fortaleza decidieron ponerle pilas para remar unos meses más con una relación a distancia y la esperanza puesta en el futuro. Bien por ellos también. Aquí recalco la madurez de Paula para entender las necesidades de su pareja y apoyarlo en sus proyectos personales. Qué paciencia, querida! Sé que la pasaste dificil cuando viste pospuestas tus ilusiones, pero tranquila que ya le queda poco y cuando te des cuenta ya lo tenés acá de vuelta!
 
Sé que este post se está haciendo un poquito extenso, pero todavía queda mucho por decir sobre este tema. Así que por hoy dejo acá, pero pronto seguiré con la historia de Eugenia y su experiencia con la convivencia , e intentaremos sacar algunas conclusiones al respecto. Para lo cual ya pueden ir dejando sus comentarios, obvio!

Continuará...

martes, 30 de noviembre de 2010

Mucho champagne y pocas nueces

No sé si fue la globalización, la televisión, internet o qué extraña razón, pero las mujeres de nuestra generación no nacimos para vivir adentro de un foco. Repaso mentalmente a todas las maravillosas mujeres que considero mis amigas y no se me ocurre ni una que no tenga sus propios intereses, objetivos, ilusiones, llámenle como quieran. Todo eso que hace a su personalidad, con todas las letras. Es que todas estamos madurando y nos vamos definiendo como verdaderas mujeres, de las completas, de las de hoy, con todos esos condimentos que le van poniendo sabor a la vida. La independencia, el tener tu propio sueldo (y gastártelo todo si querés en zapatos!!!), el avanzar en tu carrera y dedicarte a tus intereses culturales, aunque después no puedas comentar con ningún tipo esa última película belga que viste en el cine… Pero si a vos te gusta, perfecto! No dejes de hacer esas cosas que te entusiasman y que sentís que te hacen crecer intelectualmente. Los hombres pueden ser muy básicos en este sentido, pero no por eso insto a ninguna de ustedes a reducir su universo para igualar el de ellos. NO!!! El que no sepa comprendernos se la pierde, y si no lo comparte siempre encontrarás alguna aliada que te acompañe a esas salidas alternativas. Tampoco hace falta compartirlo todo, es más, es sano que conserves esos gustitos propios que te hacen única y especial.

Hace tiempo salí con Javier, un chico con el que la verdad no tenía nada, pero nada en común. Era divertido, sí, y accedí a salir con él más de una vez porque me hacía reír. Y sobre todo porque me tenía en un pedestal, jaja (y sí, a quién no le hace falta que le suban el ego de vez en cuando). Es que él estaba asombrado de la cantidad de cosas que yo era capaz de hacer y de todo lo que sabía sobre el mundo en general. Recuerdo que un día jugando me empezó a hacer preguntas sobre distintos temas, como abogacía, contabilidad, etc., y a todas las pude responder, eso que lo mío son las ciencias naturales. Bueno, convengamos que me hizo preguntas bastante básicas, y claro, él había pasado como por tres carreras distintas y en ese momento no estaba ni trabajando ni haciendo nada en concreto. Entonces cómo no me iba a considerar una super-mujer! El tema es que terminé por aburrirme y como él me seguía llamando para invitarme a salir un día tuve que poner el freno y decirle que todo bien pero que no quería más. El tipo no tuvo respuesta más rápida que un “ah, sí, yo te iba a decir lo mismo…”. Y bueno, qué iba a hacer yo al lado de un tipo sin perspectivas de futuro y con una personalidad más chata que pecho de bailarina! Con lo que amo yo el cine, el teatro, la música... Ni siquiera me podía imaginar tocándole un pelo!

Otro que me sorprendió fue Martín, un chico que conocí una de las tantas noches bizarras compartidas con mi amiga Laura. De esas historias hay varias para contar, pero ese día en concreto terminamos en un karaoke de una ciudad cercana, a una hora de casa aproximadamente. Martín manejaba un BMW que nosotras saludamos por la calle, simplemente jugando y desatadas por estar en un lugar donde nadie nos conocía. Bueno, hasta ese día, que dejamos nuestra marca en el bar cantando temas como “Desesperada” o “Me haces tanto bien”, con acento gallego y todo. Terminamos yendo al karaoke en el BMW con Martín y sus amigos y tomamos toda la noche champagne, que fue la rápida y astuta respuesta de Laura al “¿que quieren tomar, chicas?”. Jajaja! Me acuerdo y me río sola… Se ve que el desenfado le quedó gustando a Martín, que días después me llamó diciendo que estaba en mi ciudad y me invitaba a cenar. Entonces le pregunté a Laura cuál era el restaurante más caro que conocía, jaja... Bueno, no fuimos tampoco al más caro pero sí a uno muy lindo. Como el BMW estaba en el taller tuvo que venir en el Mercedes de papi. Y sí… Al principio yo estaba deslumbrada, pero terminó siendo la salida más aburrida que tuve jamás! Imaginense que el sumum de la conversación, después de que yo le hablara de mi viaje por Europa y cuanta cosa se me ocurrió para llenar el tiempo, fue cuando él me dijo “A mí me encanta leer”. “Ah, sí?” respondí yo. “Y qué leés?”. “El diario…” . Sí, creanlo. Eso fue lo más interesante que dijo en toda la noche. Y yo que pensé que me iba a hablar de filosofía o poesía… Decepción total. Mucho autito, mucha plata, pero cero cultura. Ni música escuchaba! Y saben qué fue lo más sorprendente de todo? Que me siguió llamando para invitarme a salir! Yo no lo podía creer… A ver, flaco, si no tenemos ni de qué hablar! Por favor, yo no me imaginaba otra salida como esa ni loca. Con lo que me cuesta a mí hablar… Las que me conocen sabrán el esfuerzo sobrehumano que implicó para mí llevar la conversación de esa noche interminable. Y después de lo del diario no veía la hora de llegar a mi casa…

Lo extraño de estos dos casos que les cuento es que a estos chicos sí pareció impresionarlos y hasta entusiasmarlos el hecho de encontrarse frente a una mujer, por decirlo de alguna manera, autosuficiente. A diferencia de otros casos, que se dan en relaciones un poco más prolongadas, donde los hombres se sienten cohibidos y hasta amenazados frente a una mujer que demuestra control sobre su vida y que no refleja la necesidad de ser protegida en ningún aspecto. Pero este será tema para la próxima, paciencia! Por hoy me quedo con este misterio de los hombres que piensan que sin personalidad y sin intereses que se acerquen al menos un poquito a los tuyos van a poder conquistarte, o lo que es más difícil, hacerte feliz! No sé ustedes, pero yo necesito que tengan algunos detalles que los hagan interesantes. Hay una particular coincidencia entre los novios y la mayoría de los salientes que tuve (excepto estos dos, claro está) y es que todos tocaban la guitarra. Y no me extraña, porque a eso me refiero, a que tengan al menos algún talento, algo que me pueda impresionar. Como lo del pavo real que hablábamos hace un tiempo… Si no tenés plumitas, mejor volá. Esto por supuesto es sólo mi apreciación, yo soy así, como me gusta conocer y aprender muchas cosas necesito alguien que me siga el ritmo. Y que no ande en cualquiera como el último que conocí… Una pena, porque era un tipo muy completo, muy interesante. Sólo que nunca maduró, y se quedó en la adolescencia. Yo ya no estoy para perder el tiempo. Así que a ver… Dónde hay un madurito que toque la guitarra? Jajajajaja… Esa es otra historia.

Si tenés en tu haber anécdotas de tipos como estos no dudes en compartirlas, que acá estamos todas para reírnos juntas.
Martín y Javier, dos sapitos menos. Tachados de la lista, jaja. Menos mal que a ninguno lo tuve que besar para darme cuenta de que no eran príncipes…

sábado, 27 de noviembre de 2010

"Chicas Cosmo"





El otro día compré una de esas revistas para mujeres, con fotos de famosas sonrientes en la tapa rodeadas por miles de pequeños títulos del tipo "Cómo estar hot siempre" o "Los 50 mejores tips para complacer a tu hombre en la cama", etc, etc, y que tienen como nota principal la entrevista a la botinera del momento, ejemplo de mujer...¿exitosa? No es la primera vez, confieso, ni la última, que compro una de éstas, de hecho de vez en cuando me resultan divertidas. No voy a negar que de verdad encontré algunos tips interesantes que me fueron muy útiles en algún momento, y pienso que dentro de las muchas boludeces (y cientos de publicidades) que rellenan sus páginas hay un par de verdades que se adaptan bastante a la vida real. Lo que sí me quedé analizando es esta retorcida visión de la mujer moderna que nos está tratando de imponer la sociedad actual, sobre todo la argentina. Leyendo un ejemplar de estas revistas cualquiera podría interpretar que la mujer actual, si quiere pertenecer al mundo civilizado, debe no sólo estar en su peso ideal y vencer esos rollitos rebeldes con 5 fáciles ejercicios, sino también tener prácticamente un doctorado en Kama Sutra, vestir lo último en moda, cueste lo que cueste, aprobar los tests que le indican si está con el hombre correcto y evitar ser superada en su ámbito laboral por un compañero varón, al mismo tiempo que cuida sus espaldas para ver que su mejor amiga no se esté zarpando con su novio o que él no se haga adicto a la auto-satisfacción, por citar algunos ejemplos... Ufff! Qué laburo, ahora entiendo porque los hombres dicen que somos complicadas.
Bueno, yo diría que somos "complejas". Que algunas de estas necesidades las tenemos es cierto, pero que nos inventamos solitas otras cuantas, también. Está bueno actualizarse, pero me pregunto hasta qué punto no será esclavizante para las consumidoras habituales de estos productos, que  terminan limitando tu espontaneidad e individualidad en pos de la creación de un subgénero de "mujeres perfectas". O la distorsionada versión de ellas. Yo creo que la mujer perfecta es la que cada una elige ser, con su peso, su cara y su carácter, que por algo lo tiene. No pienso que ninguna de nosotras intente ser algo que no le gusta. Que hay cosas en las que desearíamos ser diferentes, seguro. Pero hay una razón para ser lo que somos, hoy, con nuestros años vividos y nuestras experiencias, todo aquello que nos ha formado y que agrega detalles a nuestra forma de ser y de ver las cosas. Sabemos lo que queremos, o al menos lo que NO queremos. Cada sapito besado deja su marca para que sepamos observar mejor al siguiente, y salir corriendo frente a aquellos bichos desagradables que ya de entrada muestran la hilacha.
 Yo hoy no beso a cualquier batracio. Un tipo me tiene que atraer no por su facha, o por su billetera, sino por su personalidad. Y cuando digo personalidad me refiero a su capacidad de observación y apreciación de ciertos detalles. O sea, tengo claro que el que se fija en mí es porque puede ver un poquito más allá y darse cuenta de mi parte interesante. No soy la más atractiva ni la más simpática, y sobre todo soy bastante reservada a la hora de darme a conocer. Es por eso que cuando alguien hace el esfuercito de acercarse y tratar de sacar todo eso que tengo guardado lo valoro y respeto. Y me conquista. El hombre que se mueve por conocerme, ése es el que me seduce. Al que gusta lo que me pongo y todas las cosas que hago fuera del trabajo. No el que espera que según la moda del momento me aparezca vestida con lo que dicen las revistas y con todos los truquitos de diosa del sexo bajo la manga. Es injusto, a ellos ninguna revista les dice qué tienen que hacer, entonces por qué a nosotras sí? Mi consejo: no les hagamos caso! Seamos nosotras mismas, que cuanta menos información más naturales vamos a ser. Estoy convencida de que a las mujeres que mejor les va son las que nunca miraron una revista como éstas, las que no sienten imposiciones de ningún tipo. Es más, creo que esto lo escriben justamente para el grupo de mujeres que nos encontramos en esta situación de solteras de 20 a 40 que buscamos soluciones mágicas, consejos y contención para el momento que atravesamos y esperamos encontrar ahí algunas respuestas. A ver, algo siempre se aprende, no quiero decir que las revistas sean del todo malas. Sólo digo que las tomemos con pinzas y ruego que no se conviertan en la biblia de ninguna de las mujeres inteligentes que leen este blog. Y eso que me estoy refiriendo a las revistas que tienen varias páginas escritas... Ni me hagan hablar de las que son puras fotos de la farándula que ya ni en la tapa dejan algo librado a la imaginación!!! Perdón, pero detesto a Tinelli y toda su payasada. Ellos no sólo intentan sembrar la idea de que la mujer argentina tiene que ser una diosa esculpida a mano sino que es súper-cool ser una loca que se tira encima de cualquier tipo y se regala más fácil que escarapela el 25 de mayo.
Ay, Dios... La verdad no sé cómo vamos a hacer para triunfar las mujeres reales frente a toda esta sucia competencia. Pero a no decaer, vamos que podemos!!! Las convoco a luchar contra la masificación y a ser ustedes mismas, que las amo a cada una por ser quién son. Y sé que valen más que cualquier botinera...





Les dejo un videito que conocí hace poco gracias a Marianella (besote pa' ti!) y espero que les deje el ánimo bien arriba al menos por toda la semanita. Se me cuidan, eh? 



martes, 16 de noviembre de 2010

Para vestir sapos...



Después de varios días de mucho trabajo y poca inspiración, vuelvo renovada con más anécdotas para compartir con mis fieles seguidoras en este blog semi-terapéutico, jaja. Para mí esto es como el "pensadero" de Harry Potter. Para las que no conocen es como sacarse pensamientos de la cabeza con una varita mágica y ponerlos en un platito para poder verlos mejor. (Qué bueno sería, no?)

 Les cuento que hace un par de días puse en práctica mis propios consejos y fui sola a un festival de música que se hace todos los años y me encanta. Esta vez me enteré sobre la hora e invité a un par de amigas, las únicas disponibles. Una se bajó con anticipación, pero la otra que me dijo que iba a ir al final nunca apareció...ejem (palo para ella, jajaja). Todo bien, pero terminé sentandome solita (ningún Andrés esta vez, lo más cercano a mi butaca era una especie de vejete hippie zaparrastroso - sin ofender, jaja) y descubrí como primera enseñanza que no es lo mismo terminar sola que cuando ya te mentalizás y sabés que vas a ir sola. Entonces charlás con vos misma y te auto-hacés compañía. De la otra manera estás pendiente del celu y de cuidar la butaca al lado tuyo de todos los que pasan preguntando "está ocupada?"... En fin, moraleja aparte, al día siguiente, segunda noche del festival, me aseguré la compañía de Ana, aunque no me molestaba si tenía que ir sola, pero fue mucho mejor así. Pasó que apenas nos sentamos vi justo en la fila de adelante a una pareja de viejos amigos que (según me enteré por facebook) hace poquito se habían casado. Entonces les hice señas para que salieran al pasillo y así poder felicitarlos y charlar un ratito con ellos. Por supuesto yo no estaba invitada a ese casamiento porque hace mucho que perdimos el contacto, tanto con ellos como con el resto del grupo de amigos de aquella época. Estoy hablando de hace como 7 años... Fuimos muy amigos, compartíamos largas noches de charla y salidas. Un lindo grupo para los 20-22 años. Pero después yo sentí que nos habíamos estancado un poco y sumado a un par de cositas, como la sensación de falta de apoyo frente a situaciones duras que tuve que pasar, me llevaron a distanciarme sutilmente. De ese grupo ya había surgido otra pareja, a cuyo casamiento sí asistí, aunque medio de prepo porque ya estábamos distanciados pero aún así me invitaron, unos 3 años atrás. Sé que la tercera del grupete también se casó, pero de esa no me enteré hasta que ya estaba embarazada, y eso que era mi amiga más íntima en aquella época. Para qué les doy tantos detalles? Bueno, ya llego al punto. Charlando con estos amigos en el pasillo del teatro recordamos esos viejos tiempos y yo pensaba: qué loco, pensar que éramos amiguitos y después todos se terminan casando, formando entre sí parejas que jamás te hubieras imaginado... Y el único al que yo le había hechado el ojo se hizo cura! Bueno, y a este recién casado también, TODAS le teníamos ganas porque era una dulzura... Aplausos para la chica que se lo quedó!!!
Entonces recordé algo, que ya había recordado en el otro casamiento, ¡y no es por agrandarme! pero estas parejas me deben bastante, porque en definitiva se terminaron conociendo gracias a mí. Les cuento, en mi grupito éramos prácticamente todas chicas (y un gay, aún no declarado) y gracias a un cura amigo una vez nos fuimos de retiro con un grupo de chicos del liceo militar, todos varones, obvio.  La inyección de testosterona que nos faltaba. Después de ese retiro no quedó ningún vínculo, hasta que un día, años después se me ocurrió que los contactáramos de nuevo para armar un campamento. Justo en esos días me encontré con el bombón, el que después iba a terminar siendo cura, y le tiré la idea de hacer algo juntos. Los dos grupos, quiero decir =). Se prendieron y así surgió la amistad, con una tanda prácticamente nueva de liceistas, ávidos de estrógenos, y todo a raíz de aquel afortunado encuentro. Pareja va, pareja viene, terminó la cosa como les contaba más arriba. El futuro cura me invitó a salir una vez y la pasé bien, pero tenía demasiadas expectativas y al final no fue la gran cosa. Después seguimos amigos, y bueno, ya les dije dónde terminó... O sea, soy una ídola a la hora de hacer que las personas se encuentren y se enamoren. Pero en cuanto a mi propio destino... De terror! Y bueno, ya vendrán tiempos mejores.
Por un lado me quedé pensando: Habría sido mejor quedarme en ese grupete? Yo sentí que nos estancamos, pero en cierto sentido ellos han avanzado bastante y ahora parezco yo la estancada ... Pero quedarme no hubiera llevado también a que ahora estuviera deprimida viendo como todas mis amigas se casaron y yo sigo buscando sapos? Tal vez el quedarme no iba a hacer que yo por contagio también consiguiera novio... Difícil. Aún pienso que hice bien, hice lo que sentí y lo que en su momento me pareció mejor. Mis amigas actuales están en la misma que yo, ninguna se casa, y en cierto modo creo que eso nos une más, el compartir nuestras expectativas, ilusiones, idas y vueltas propias de esta etapa. Cuando me dijeron "Che, juntemonos de nuevo! Una pena que nos dejáramos de ver!", yo sonreí y asentí por fuera, pero por dentro decía "sí, claro, cuando me tengan un candidato salimos todos!". Ni en pedo me junto ahora que todos tienen pareja y hasta hijitos. Si antes sentí que ya no compartíamos nada, mucho menos ahora. Tal vez si fuera con las chicas solas... Ahí hasta sería divertido, ya me las imagino riéndose de las intimidades de sus maridos y de los chismes jugosos que siempre se enteraba alguna. Lindas épocas, hasta me da un poquito de nostalgia. Qué fuerte descubrir que estamos creciendo. Que ya dentro de poco cumplo 30 y las cosas no son tan sencillas como las imaginé a los 20. Yo era de las que nunca, pero nunca, pensó que iba a llegar a esta edad soltera y sin prospectos a la vista siquiera. Después mientras los años pasan ves que, al igual que el horizonte, la línea de proyecciones se va moviendo. Tal vez la carrera que elegí era demasiado larga, o tal vez no tenía ningún incentivo ni apuro por terminarla. Tal vez todavía quiero salir y conocer el mundo! Tal vez no nací para ser la Susanita que crecí elaborando en mi mente. Tal vez se me pasen los años buenos y no llegue a tener hijos... Y bueno, tendré sobrinos! Y no me aterra la idea de que la vida termine siendo completamente distinta a lo que imagino porque al final siempre me sorprende! Es más, creo que termina siendo mejor de lo que pueda llegar a imaginar. 

domingo, 7 de noviembre de 2010

Sola en la ciudad

Alguien que conocí hace poquito me recomendó que viera una película mexicana, "Cansada de besar sapos". Hoy la vi y me pareció genial, así que ahora yo se las recomiendo. Muy divertida, con la ídola de Ana Serradilla.
Me sentí muy identificada en este momento de mi vida y me hizo pensar... Cosas como por ejemplo, ¿dónde puede una mujer joven conocer hombres hoy en día? En la película Marta, la protagonista, descubre después de 2 años de relación que su novio la engañaba. Sabía por su pasado que él tenía fama de mujeriego, pero igual decidió, como toda mujer enamorada, confiar en él, y estaba segura de que había cambiado y se había convertido en un hombre fiel. Ése fue su primer error... Esos tipos nunca cambian! Entonces al encontrarse sola y despechada termina por meterse en una página de citas por internet y empieza a volverse lo que ella denomina "hombreriega". Sale con varios y bueno... el resto lo tienen que ver en la película.
Con respecto a las citas por internet, no voy a criticar a quienes utilizan ese medio para conocer gente, pero yo en lo personal rechazo de lleno esa posibilidad por malas experiencias que se han dado en mi entorno y que no quisiera repetir. De ahí en más la que quiera intentarlo, adelante. Todo vale a estas alturas.
Descartada esa vía, no me quedan muchas opciones para conocer gente nueva a estas alturas. Ni siquiera digo el príncipe azul, sino aunque sea un grupo de amigos, gente con quién poder hacer cosas, lo que sea. Ya tengo un par de actividades en mi vida cotidiana fuera del trabajo (donde somos todas mujeres), y sí, conozco gente copada, pero que a la hora de armar algún plan en general ya tienen otros compromisos, como sus parejas o familias. Fuera de unas pocas amigas solteras, todo el mundo ya está "instalado" podríamos decir. Ahí es cuando me dan ganas de conocer más gente. Gente disponible, obvio, que estén en la misma que yo. La psicóloga me aconsejó hace un tiempo buscar nuevas actividades, pero ya las tengo y como les dije, no hay resultados. Y ya más cosas no puedo hacer, no hay tiempo ni cuerpo que aguante. Ojalá fuera tan fácil como en las películas que un tipo ve a la chica por la calle o en un café y ya la está invitando a salir. Cómo nos mienten! Eso nunca pasa en la realidad. A mí lo más loco que me pasó fue hace pocos meses, un día que fui sola a escuchar una banda de jazz que no me quería perder por nada. Aunque no tuviera quién me acompañara no dejé que eso me detuviera. El lugar estaba lleno y solo al lado mío había una butaca vacía. Obvio... Nadie más iba solo. Nadie hasta que apareció Andrés. Bombón, alto, barbita a medio crecer y camisa leñadora, con ese look despreocupado que derrocha masculinidad. El concierto estaba por empezar y él se sentó a mi lado. No podía creerlo cuando me empezó a hablar! En general en esta ciudad la gente es muy reservada y es raro que alguien que no te conoce te dirija la palabra. Yo ya empecé a pensar que era mi imaginación, pero no, realmente me estaba preguntando con mucho interés sobre la banda y como yo los había escuchado y conozco de jazz alcancé a comentarle rápidamente todo lo que sabía. Justo ahí empezaron a tocar y ya no pudimos hablar más hasta que todo hubo terminado. En ese momento yo giré mi cabeza hacia él como buscando su opinión respecto del show y él no tardó ni un segundo en empezar a hablar. Yo estaba en las nubes, no podía creer que se estaba dando todo con tanta naturalidad. Pensé: "esto sí es como en las películas!". Todo el mundo empezó a abandonar la sala y nosotros nos quedamos ahí sentaditos hablando de música y otras yerbas unos eternos 15 minutos. Era como charlar con un amigo de hace años, de repente una confianza y una sensación de comodidad que no se puede explicar. Yo mientras hablábamos lo miraba pensando "mínimo me lo llevo a tomar una cerveza". Era viernes a la noche y no tenía nada que hacer después del recital, y no quería que la conversación terminara! La burbuja se pinchó cuando apareció una conocida que me vino a saludar. Entonces nos dimos cuenta de que ya no quedaba nadie y reaccionamos. Salimos al hall y yo me moría por pedirle su número, con la excusa de avisarle cuando me enterara de que tocaba otra banda parecida o algo así... Pero no me animé, y una parte de mí me decía "si le interesás, él tendría que estar pidiendo tu número..." Nada. Salimos y nos despedimos, chau chau y cada uno para su casa. Una pena. Cúantas veces se te da la oportunidad de conocer a alguien así, tan mágicamente, y compartir una charla tan linda??? Anillo no tenía, me fijé. Pero bueno, tal vez tenía novia, conviviente o hasta hijos esperando en casa. No me pareció por el hecho de que estaba ahí solito como yo, pero bueno, nunca se sabe. Tal vez hasta era gay, aunque no lo creo, jaja! En definitiva, no tenía ninguna obligación de pedir mi número ni invitarme a tomar nada, sólo que me pareció que hubiera estado genial, que era una excelente forma de empezar a conocer a alguien interesante. Después nunca más lo vi, me limité a "googlearlo" y así llegué a conocer su profesión, que de tanto hablar de música no le había alcanzado a preguntar, pero nada más.

A partir de entonces empecé a ir sola, si no tenía una amiga a mano, al teatro, a escuchar música o lo que sea. El hecho de ser soltera no me va a impedir que salga a hacer cosas lindas como hace el resto de la gente. Yo misma me basto para hacerme compañía. Y quién sabe, quizás algún día me vuelva a encontrar con otro Andrés...


Les dejo un link para ver el trailer de la peli:

sábado, 6 de noviembre de 2010

El pavo real

Amigas, después de varios días de desaparecida, aquí estoy de vuelta... Las extrañé!
Les cuento que hoy tuve una reunión conmemorativa para egresados en mi universidad, y tenía la esperanza de encontrarme con el desconocido Nº1 del post anterior. Pero no... Pucha, che. Yo quería ver si esta vez siguiendo el consejo que me dieron, de ponerle cara de culo o ni mirarlo, me daba resultado, pero tendré que dejarlo para la próxima vez que el destino nos cruce por ahí.
La que sí tuvo suerte con el tema de las miraditas fue Luciana. Me contó hace unos días que había empezado a salir con un tipo que trabaja a la vuelta de su casa y que ella siempre miraba por la ventana al pasar. Le encantaba, le parecía un bombón. Y resultó que un día lo vio por la calle hablando con una amiga que ambos tienen en común y no sabían. Ella se puso re-nerviosa porque cuando los vio dijo, uy, lo voy a tener que saludar. Y lo saludó. Temblando como una adolescente. Y para qué te explico que Luciana es una diosa y él no tardó nada en quedarse prendado de ella. Además él también la había estado mirando todo este tiempo. Resulta que Luciana tuvo un bebé hace unos meses, con otra pareja que ya desapareció del mapa (tema para otro post...) y este muchacho, Fernando, le dijo: "Yo te he visto pasar desde que tenías una pancita así (con el gesto indicaba chiquita), después así (más grande) y después con el cochecito". Mirá si no la tenía calada, qué maestro. Después averiguó todo lo que quería saber a través de esta amiga en común y le pidió el teléfono de Luciana. Finalmente la invitó a salir y ella aceptó fascinada. Por supuesto las salidas hasta ahora han sido al mediodía o a la siestita porque no puede dejar mucho tiempo al bebé. Y Fernando no tiene ningún problema con eso, al  contrario, lo disfruta porque es algo fuera de lo común. Como Luciana.

Conclusión, no dejemos de mirar que por algún lado anda el sapito encantado. Pero tampoco miremos taaaaanto, que es bastante cierto eso de que si te hacés la interesante lográs encender el motorcito que los hace mover. No hay que darles a entender que tienen todo servido, sino que van a tener que laburar un poquito para ganarnos. Pienso que tal vez eso los estimula, el desafío, el ponerse a prueba. Ahí les sale el instinto animal de querer conquistar a la hembra. Tienen que poner toda la carne al asador para demostrarte que ellos son el especímen más adecuado para la reproducción. Es biología básica, chicas... Hay que dejarlos que hagan su gracia, como el pavo real cuando despliega su plumaje frente a la pavita para impresionarla. Que desplieguen! Ya sean regalos, flores, palabras, atenciones. Sé que algunos no son muy creativos, pero como bien me preguntó una vez la psicóloga, ¿les damos el espacio para que lo hagan? Yo me quejaba de ser siempre  la que organizaba todo, la que tenía todo bajo control, y consideraba que mi pareja era un quedado. Un poco lo era, sí, pero después descubrí esta gran verdad de que él no hacía nada porque yo  planeaba todo por los dos. Inconcientemente no dejaba lugar para su creatividad y su iniciativa de puro impaciente y estructurada que soy. En el momento que me cayó la ficha sobre esto y empecé a hacerme a un lado para darle su lugarcito la cosa cambió totalmente. El efecto no fue prolongado porque yo misma lo saboteé al retomar mi actitud de controladora, jaja. Es que lo tengo muy arraigado, pero eso ya es tema para seguir trabajando en mi terapia. A ustedes les tiro la idea, prueben, y vean si poniendose en actitud de espectadoras en su relación logran que el pavo sacuda más las plumitas y muestre todos sus colores. Después me cuentan cómo les fue.

martes, 2 de noviembre de 2010

La mirada silenciosa

Diganme si no les ha pasado lo mismo que a mí. Hay hombres que pueden dedicar largos ratos a mirarte, y mirarte, y mirarte, toda la noche o todos los días cuando te lo cruzás en el mismo lugar. Pero... nunca, NUNCA, se animan a hablarte! Me pasaba, por ejemplo, con un chico que veía siempre en la facultad. Él cursaba otra carrera, y aunque teníamos amigos en común nunca llegamos a conocernos. Ni siquiera sé su nombre, pero me encantaba. Si lo vuelvo a ver hoy seguro que todavía me encanta. Y es que cada vez que nos cruzábamos él me clavaba la mirada sin el menor pudor, una mirada penetrante y seductora. Pero hasta ahí nomás... Duraba lo que tardábamos en pasar uno junto al otro. Obvio que yo trataba de responder con mi mejor mirada penetrante y seductora, y quiero creer que lo notó. Hasta una vez me lo crucé caminando por el parque y sucedió lo mismo de siempre! Obvio que ni una palabra... Sólo la miradita. Hasta aproveché de verificar con Laura, que iba conmigo ese día. ¿Viste cómo me miró? Laura respondió afirmativamente. A mí ya me daban ganas de encararlo y empezar a hablarle yo. Pero la primer frase que me venía a la mente era: "Che, no me pensás hablar nunca vos???". Así que mejor lo dejé pendiente, al menos hasta encontrar una mejor forma de iniciar la conversación. Y sí, se ve que tengo la reprochona muy a flor de piel.

Me pasaba también cuando tenía unos 22 años, que iba todos los domingos a la misma misa, en el mismo lugar y a la misma hora. Y siempre me encontraba con el mismo bombón. Y me miraba, les juro que me miraba! También corroboré con amigas. Me generaba tanta intriga que esta vez sí, estuve a punto de encararlo a la salida. Ya lo estaba planeando. Iba a ser algo casual, del tipo: "Hola. Si no tenés que ir a ninguna parte podemos ir a tomar algo y charlar un rato? Me encantaría conocerte". Claro, en mi mente me hacía la corajuda, pero nunca tuve oportunidad de hacerlo en la realidad. Ya sea porque a la salida desaparecía muy rápido y encima estaban todos mis amigos ahí y me daba cosa que me vieran, así que tenían que darse muchas condiciones para encontrar el momento perfecto. Y llegó el día en que este muchacho, el anónimo Nº2, que siempre iba solito a misa, se encontró con una amiga y se fueron a sentar juntos. Como en esos documentales de comportamiento animal, yo iba observando todo, domingo tras domingo. El individuo ya no se sentaba más solo sino que continuaba encontrándose con esta amiguita. Y después ya no sólo se encontraban sino que llegaban y se iban juntos. Así hasta el día en que los vi de la mano y me di cuenta de que ya no quedaba nada más por hacer. Otra me lo había robado, y en mi propia misa. Y bue... No era el sapo indicado entonces. Siempre me arrepentí de no haberme animado a hablarle antes, al menos para conocerlo. Se veía interesante, hasta una amiga me dijo que un día lo vió con un guardapolvo. Capaz que era médico! Mamá, te hubiera encantado...
El que no sé si te gustaría mucho es el chico del sector de vegetales del super cerca de casa. Tiene algo, además de la miradita, que me atrae mucho. Bueno, en realidad sí sé qué es. Es que se parece mucho y me recuerda a un amigo (al que siempre le tuve ganas, vale aclarar), así que debe ser una especie de proyección de mi inconciente. De éste sí conozco el nombre: José. Por el distintivo que le hacen usar. Hasta nombre de verdulero tiene... Qué se le va a hacer. Más allá de todo, hay algo muy seductor en él. Éste también tiene su miradita, pero más sutil. Hoy por ejemplo, pasé un rato a deleitarme por su sector. Me mira y agacha la mirada, como un cachorrito tímido. Pero cuando me doy vuelta a elegir unas manzanas puedo sentir sus ojos clavados en mi nuca. Acá ha habido cruce de palabras. Pero no se entusismen, no pasa de: "Hola. Gracias. Chau." Qué más podés hablar en estos casos? Creo que una vez, en un acto de extrema inspiración le pedí que me ayudara a elegir un melón, utilizando la estrategia de la indefensa doncella en apuros. Pero se limitó a testear un par y contestarme "éste" con la mirada gacha. Es tierno, se pone nervioso. Y a mi me da gracia ponerlo nervioso, pero no me da para hablarle más que eso. Ojalá fuera como el otro langa horrendo que trabaja con él y que ya me preguntó hasta mi nombre, el muy desagradable. Contesté para no ser maleducada, pero a ese cuando lo veo trato de esquivarlo. Puaaaaajjjj
Me ha pasado esto de la miradita silenciosa en fiestas, como en el casamiento de una amiga, donde su primo me estuvo mirando toda la noche y yo le respondía la mirada como diciendo "bueno, te vas a acercar a bailar conmigo o vas a seguir mirando nomás?". Y no se acercó, che... Después me dijo mi amiga: "a mi primo le encantaste, quedó fascinado con vos". Y entonces, qué esperaba? Parece que vivía en el sur y por eso no se animó. Aparte vio que éramos un grupo grande de amigos bailando y eso lo intimidó. Encima le dijo que me tenía vista también de la facultad (si hubiera sabido que ahí me miraban tanto me hubiera arreglado más!).

No soy de la idea de que haya que quedarse sentada esperando que las cosas caigan del cielo. De hecho, a los 3 novios serios que tuve hasta ahora los tuve que encarar yo. Cuando tuve algo bueno enfrente mío lo reconocí y lo tomé. Ahora lo que quisiera es que alguien supiera reconocer algo bueno cuando me tenga a mí enfrente. Y este deseo lo hago extensivo a todas mis congéneres. Que al vernos reconozcan lo bueno en cada una y no se queden sólo mirando, que actúen. Es sabido que los hombres tienen grandes problemas de comunicación, pero estamos cansadas de los tibios, que se quedan en la orilla sin tirarse nunca a la pileta. Vamos sapitos, salten! Anímense, que no mordemos (bueno, según la ocasión). No somos simples objetos de admiración. Despierten y acerquense a hablarle a la mujer que tanto miran de lejos. Y nosotras, bueno, pilas... Tampoco los espantemos cuando se acerquen, que nunca falta la que les deja una patita lastimada y después a la que sigue le toca hacer de bastoncito.

domingo, 31 de octubre de 2010

Para no perder el optimismo

Les dejo de regalo para esta tarde de domingo una canción muy hermosa que habla de esperar al hombre con el que soñamos, cantada por la diva de Billie Holliday y en un video con imágenes de grandes mujeres que hicieron historia. Les dejo la letra y la traducción (aunque con el castellano se pierde un poco la magia... pero bueno). Espero que la disfruten, es una de mis favoritas. 
Dedicada a todas ustedes! 



THE MAN I LOVE                                EL HOMBRE QUE AMO

Someday he'll come along                   Algún día vendrá
The man I love.                                 el hombre que amo.
And he'll be big and strong                  Y será grande y fuerte
The man I love.                                 el hombre que amo.
And when he comes my way                Y cuando aparezca en mi camino
I'll do my best to                                daré lo mejor de mí
make him stay.                                  para hacer que se quede.

He'll look at me and smile                   Él me mirará y sonreirá
I'll understand                                   Yo comprenderé
And in a little while                            Y en poco tiempo
He'll take my hand.                            tomará mi mano.
And though it seems absurd                Y aunque parezca absurdo
I know we both                                  sé que ninguno de los dos
won't say a word.                               dirá una palabra.

Maybe I shall meet him Sunday            Tal vez lo conozca el domingo
Maybe Monday,                                  tal vez el lunes,
Maybe not.                                        tal vez no.
Still I'm sure to                                  Igual estoy segura
meet him one day.                             que lo conoceré algún día.
Maybe Tuesday                                  Tal vez el martes
Will be my good news day.                  sea mi día de suerte.

He'll build a little home                       Él construirá una casita
Just meant for two                             sólo para dos
From which I'll never roam                   de la que nunca me iría.
Who would?                                      Quién lo haría?
Would you?                                       Lo harías tú?

And so all else above…                       Y por todo lo anterior…
I'm waiting for                                   estoy esperando
The man I love.                                 al hombre que amo.

sábado, 30 de octubre de 2010

Al confesionario


Acabo de cometer un pecado capital: me puse a mirar fotos de mi ex que tenía guardadas en la compu. Será porque es viernes a la noche y estoy sola con mi ensalada sin mejor plan que ver una película por internet. Ojo, me encanta el plan... Sólo tuve un momento de debilidad mientras esperaba que se cargara la película y abriendo carpetas me topé con esas fotos... Bueno, me topé, las busqué, da lo mismo. Algo de repente me hizo querer repasar esos lindos momentos compartidos. "Qué bien la pasamos en ese viaje... Cómo bailamos en aquel casamiento! Era lindo el guacho... Mirá qué tiernos nos vemos juntos..." Y hasta casi, casi se me pianta un lagrimón cuando me quedé tildada medio minuto mirando su rostro.
Pero no... ¿Sabés que no? Hasta me sorprende, y me pregunto a dónde habré dejado la sensibilidad que en algún momento me hizo gastar tantos pañuelitos? Ah, sí, ya sé. Debe ser que quedó escondida detrás del despecho. Ese que surge de darte cuenta de que fuiste muy ciega y dejaste pasar muchas cosas que no debías. Ese que cuando entrás en razones te hace querer gritar "que se vaya a la mismísima...!" Ese, que generalmente no es buen consejero pero que con el tiempo se va transformando en seguridad y te recuerda en momentos como éste que sos demasiada mujer para un tipo que todavía no sabe lo que quiere.
Y ni hablar de bronca cuando entre esas fotos encontrás otras que te pasó una amiga (y que guardaste porque él salía divino) de una fiesta a la que fue solito porque iban a estar todos sus amigos, que todavía ni te conocían, y hasta probablemente su ex, entonces mejor evitemos un momento incómodo... Y eso que no mencioné que era nuestra primera Navidad juntos. Lo que más me reprocho no es haberme quedado sola en casa mientras él se iba de fiesta, sino que en realidad ni me haya molestado. Lo comprendí y lo acepté, como tonta enamorada que estaba. Ahora sí me molesta. Por favor que alguien me pellizque y me lo recuerde si llego a estar cerca de hacer algo así otra vez!!! Ahora lo pienso y ahí es cuando debí haber sido más perra. Llevame a la bendita fiesta! Si soy tu novia! Cuál es el problema? Hay mucho más detrás de esto... Tiempo al tiempo.

Dice mi psicóloga que todavía estoy en etapa de duelo, pero yo le he contestado que no pienso perder un año entero de mi vida para superar esa ruptura, ni cerca. Ya llevo varios meses, suficiente para mí. Es que el tiempo se me está yendo muy rápido, y a esta edad no me puedo dar esos lujos! Tales son mis planteos... Y lo siento, tal vez después descubra que ella tenía razón cuando me lleve la quinta pared por delante, pero en definitiva es un aprendizaje que tiene que hacer una misma. 


Qué duro me está pegando la soledad. Por suerte están mis amigas, como esa con la que hablé un rato antes de este episodio y quedamos en que mañana hacemos noche de chicas en la casa de alguna. Genial, ya tengo plan para mañana. No va a ser otra noche triste como la de hoy...

jueves, 28 de octubre de 2010

Que no te pase como a Anita...

... que después de 3 meses (y medio!) de salir con Diego, presentarse mutuamente a los padres, hermanos y amigos de ambos, se tuvo que comer un caso típico de "síndrome de retirada aguda con arrepentimiento crónico, complicado por endurecimiento cardíaco y empequeñecimiento de genitales masculinos".  Descripto por las profesionales en el área con las siguientes características a tener en cuenta:

 - Primeros síntomas: disminución de la respuesta a los estímulos (personales, telefónicos, informáticos, etc.)
 - Temperatura corporal: comienza con frialdad, pero termina por estabilizarse en TIBIO!
 - Comunicación verbal: prácticamente inexistente
 - Deseo sexual: va disminuyendo paulatinamente hasta desaparecer por completo

A tener cuidado con estas señales! Es probable que indagando al sujeto no se logre más respuesta que un "Está todo bien". Pero no! No está todo bien! Lo peor es que él va a esperar que deduzcas por tu cuenta después del último sábado a la noche que te quedaste esperando infructuosamente que diera señales de vida (y no las dió) que al señor se le ha ido un poco el entusiasmo y que no tiene más intenciones de avanzar en la relación. Todo esto te lo va a explicar, como hizo Diego con Anita, cuando lo llames a la mañana siguiente y te va a largar con toda soltura estos comentarios por teléfono arruinandote por completo el domingo. Qué va, la semana entera! Ante tal planteo la respuesta lógica femenina es "¿¿¿Y cuándo me lo pensabas decir????". No podías, por ejemplo, hacerlo hace 2 días, antes de que viajara una hora de ida y otra de vuelta hasta tu casa para comer un asadito de compromiso con tus insoportables amigos, y que encima ni me invitaras a quedarme a dormir? Flor de gentleman el tipo, dejando que se fuera manejando sola a las 4 de la mañana por la ruta. Pero qué les pasa?? Tanto que hemos luchado por ser independientes me parece que ya interpretaron que las mujeres no necesitamos más que nos cuiden. Erroooor. Nos hace falta, y mucho! Claro que hay cosas que podemos hacer solitas, pero si hay que cambiar un foco y tenés un tipo cerca... No queda mejor que lo haga él? Jajajaja. Es que a ellos les encanta que los necesitemos, lo esperan y lo ansían. Las mujeres autosuficientes los asustan! Porque ven disminuída su hombría y su instinto protector. Pero ese es tema para otro blog...
Por ahora quedemonos con los signos que anticipan la inminente retirada del sapo de turno. Yo misma lo viví hace poquito... ¿Por qué no entendí cuando vi que no me contestaba el último mensaje y le seguí escribiendo "por las dudas y para hacer un último intento de acercamiento"? Cómo me arrepiento... Otro día les voy a contar como terminó esa historia. Es un síndrome diferente, el del "eterno pendejo que no superó la adolescencia y se enorgullece de seguir en la joda".
El tema es que cuando nos metemos en estas historias rara vez lo hacemos solitas. O sea, seguramente respondimos a indicios que hubo del otro lado. Ya somos grandes para hacernos ilusiones solitas, así que es hora de que ellos reconozcan un poco su responsabilidad. Yo soy testigo ocular de los mensajes de texto que Diego le mandó a Ana recién a pocos días de conocerse y empezar a salir. Por poco no le propuso casamiento!!! Se abrió de una manera que nos sorprendió a todas, con unas declaraciones de novela. Y después? Qué pasó con todo eso? Se ve que a los mensajes los borró, pero Anita como buena representante del género femenino los guardó a todos y cada uno. Sabía que llegado el momento serían la prueba irrefutable de que todo esto no estaba sólo en su imaginación y le sirvieron para mantener la cordura y poder depositar la culpa en el otro, como corresponde en estos casos. Bueno, ya sé... tal vez no es lo que corresponde, pero es una gran herramienta de consuelo que tenemos para seguir pensando que hicimos las cosas lo mejor posible y que simplemente hay hombres que tal vez no nos saben valorar como merecemos.
Pero ánimo, Anita!!! Veamosle el lado positivo... Un sapo menos que besar!!! Un pasito más cerca del tipo ideal, no desesperes. Como dijo una vez un cantante que me gusta mucho, John Mayer: "Él anda por ahí, en alguna parte. Sólo está aprendiendo frente a qué compararte". 


miércoles, 27 de octubre de 2010

El sapo estrellado




Antes de sentarme a escribir este blog quise dar una repasada al famoso cuento que inspira el tema que aquí nos congrega: "El príncipe sapo".
He aquí una breve versión:


"Dice el cuento que la princesa estaba jugando con su pelota de oro junto a un río, hasta que se le escapó y se le cayó al agua. Un sapo oyó sus sollozos, asomó la cabeza y le preguntó por la causa de su pena. Entonces se ofreció a devolverle la pelota de oro con esta condición: que ella lo tomaría como compañero. El sapo le explicó que ella tendría que llevarlo a su casa, sentarlo a su mesa, darle de beber de su vaso, comer del mismo plato, acostarlo a su lado en su cama y besarlo cuando él se lo pida. La princesa, sin pensarlo media vez, se lo prometió. El sapo se zambulló en el agua y le devolvió la pelota. Y al pedirle que lo lleve a su casa, la princesa echó a correr, llegó al palacio y se puso a comer con sus padres, el rey y la reina.
Al cabo de un rato, un sirviente avisó al rey de que había un sapo en la puerta que pedía comer con la princesa. El rey dejó que pasara, y al contarle el sapo lo sucedido, ordenó a su hija que cumpliera lo prometido. Así que el sapo comió con ella, aunque a ella le dio mucho asco y apenas comió aquel día.
Cayó la noche y, cuando la princesa se iba a la cama, el sapo exigió dormir con ella. Accedió con asco, y cuando estaban acostados el sapo reclamó un beso. La princesa, cerrando los ojos con fuerza, arrugando la nariz y sintiendo que la garganta se le volvía del revés, lo besó. Entonces el sapo se convirtió en un hermoso príncipe. Y en un instante se enamoraron apasionadamente para siempre."
Hasta aquí la versión moderna del cuento, porque en su forma original, la de los hermanos Grimm, terminaba así: "Cuando el sapo le pidió un beso, la princesa, llena de repugnancia, lo levantó de una pata y lo estrelló contra la pared. Refulgió una llamarada y el sapo se convirtió en un hermoso príncipe. Y se abrazaron palpitando de amor apasionado."

Sí, sí... Nos han mentido. Me siento traicionada! Calculo que prácticamente todas crecimos escuchando la primera versión, en la que nos enseñaban que si alguien era a primera vista feito y repugnante igual teníamos que darle una oportunidad porque después la vida podía darnos una grata recompensa.
Yo, sin embargo, conozco a varias de esas que estrellarían al sapo contra la pared. Y saben qué? A ellos les encanta!!! Al parecer mientras más manipuladora, caprichosa, engreída... como decirlo... "perra"! Sí, es exactamente eso, cuanto más perra se vuelva una ahí es cuando más te buscan, cuando más interesante y atractiva les parecés. Es todo una cuestión de actitud.
Yo siempre fui la buenita, y así fue como me llevé varios fiascos. Con mis amigas charlamos varias veces sobre esto, admiradas de cómo ciertas mujeres con actitudes que al principio encontrábamos criticables se terminaban llevando nuestros aplausos por ser las que mejor la terminan pasando. "Hay que ser más perra", decimos siempre. No te llamó? No se te ocurra llamarlo a vos!!! Que se quedó sin crédito??? Ignoralo por rata asquerosa!!! Que no te dijo de salir porque tenía un partido con los amigos? Cortale los beneficios!! Vas a ver como la próxima lo tenés comiendo de la palma de tu mano.  
Por supuesto nos cuesta mucho seguir estos consejos que entre nosotras mismas nos damos. Yo soy la primera en quebrantar estos mandatos. Pero me he propuesto firmemente un cambio de actitud! No ser más la buenita, la que entiende y aguanta todo, la que se queda limpiándole la casa al tipo mientras está de viaje, sólo para que al volver piense "ay, no podría vivir sin ella!". Patrañas, siempre estuvo por encima mío la perra que en su vida cocinó ni limpió ni nada.
Así que, señoras, las invito a poner en práctica este nuevo deporte de "estrellar al sapo", en lugar de andar por ahí repartiendo besos con la falsa promesa de que eso va a transformar al hombre de turno en un príncipe con castillo y todo. Más bien con desprecio es que se va a poner las pilas para ofrecernos, al menos, un departamentito.